Encontrar las ayudas que todos necesitamos
La enfermedad de Parkinson genera desde el principio un grado de discapacidad, ya que afecta a nuestras funciones, motoras y no motoras, y nos impide o limita el desempeño de nuestro día a día. Hablamos de una enfermedad estrechamente relacionada con la calidad de vida, ya que esta disminuye al aparecer más síntomas. El párkinson tiene instituciones que garantizan cubrir todas las necesidades que surjan en los pacientes con párkinson. En este post hablamos sobre las subvenciones y ayudas, el apoyo económico y social que necesitan todos los implicados.
Síntomas neuropsiquiátricos : cognitivos y demencia
Es muy frecuente que los pacientes con Parkinson puedan presentar ciertos problemas cognitivos desde el principio, sobre todo para funciones ejecutivas y atención, como programar, planificar, ejecutar, etc. Un ejemplo es la habilidad para conducir, que se puede ver mermada. Es decir, no sólo el cuerpo funciona lento, sino también la mente. En pacientes con fluctuaciones, esto puede agravarse durante los episodios OFF. En ocasiones esta sintomatología puede progresar, y acabar desarrollando el paciente una demencia, con problemas de orientación o memoria, y progresivamente mayor dependencia para las actividades del día a día.
Pero antes, ¿quién puede acceder a estas ayudas?
La buena noticia es que, cualquier paciente de párkinson, sin importar nada más allá de los síntomas y la dependencia que muestra, puede solicitar las diferentes ayudas y subvenciones del gobierno.
Con esto no queremos decir que vayamos a recibir todo el apoyo que solicitemos. Un grupo de expertos analiza el caso, se pone en contacto con aquellos que viven la enfermedad a diario (cuidador, la familia, incluso el neurólogo u otros profesionales) y determinará cuál es la mejor forma de ayudarnos. En general, se suele medir el nivel de dependencia en tres grados:
- Grado I, dependencia moderada. El paciente necesita ayuda al menos una vez al día.
- Grado II, dependencia severa. El paciente necesita ayuda en sus actividades básicas dos o tres veces al día.
- Grado III, gran dependencia. El paciente requiere de un apoyo constante y continuo.
Ahora, vamos a ver tres diferentes apoyos que podemos solicitar sin importar cómo de avanzada esté la enfermedad.
El cuidado del paciente, no solo por el cuidador
La ley de Dependencia es la encargada de recoger los derechos a cuidados de las personas en situación de invalidez, como en este caso los pacientes de párkinson. Según la gravedad y el avance de la enfermedad (en base a los grados que acabamos de comentar), puedes solicitar:
- Teleasistencia. Un profesional responde a cualquier duda por teléfono, e incluso contacta con otros servicios (policía, ambulancia) en caso de necesitarlo.
- Ayuda a domicilio. Una persona acude un número determinado de horas a la casa del paciente, para echar un mano con todo lo que marca su rutina (desde ejercicios hasta alimentación, pasando por el aseo, vestir, limpiar…)
- Centro de día y residencia. Ambas con grandes profesionales que brindan su conocimiento y su vigilancia, garantizando seguridad. En el caso de la primera, el paciente duerme en su domicilio.
Para solicitar estas ayudas a la dependencia, el trabajador social de su Centro de Atención Primaria suele ser el más indicado.
Ayudas, reformas y asociaciones
Ningún hogar está preparado para adaptarse a las necesidades de un afectado por el párkinson. Podemos solicitar una ayuda económica para, por ejemplo, instalar una ducha en lugar de la bañera, o instalar un salvaescaleras mecánico. Esta gestión se realiza en el ayuntamiento de tu municipio.
También es importante destacar la labor de las asociaciones de pacientes en materia de apoyo económico y social. Entre sus funciones destacan:
- Asesoramiento jurídico y legal para poder reclamar las ayudas pertinentes.
- Apoyo psicológico y emocional para paciente, familia y cuidador.
- Sensibilización de la sociedad consiguiendo más apoyo y, por lo tanto, más interés gubernamental.
- Inversión en investigación para descubrir la causa, paliar los síntomas o descubrir nuevos tratamientos.
- Una plantilla de profesionales dispuestos a ofrecer terapias no farmacológicas.
Si quieres saber más…
Te enlazamos un PDF con las “ayudas sociales y jurisprudencia en la enfermedad de Parkinson”. Ahí te explicamos, fase por fase, qué ayudas existen y a cuáles podemos aplicar.
Pero recuerda, la mejor forma de conocer todo este marco legal y social es preguntar a los profesionales que viven diariamente situaciones similares. El trabajador social, el neurólogo y algunos funcionarios del ayuntamiento son tu mejor aliado en estos supuestos.