La terapia ocupacional es un campo vital en el manejo de diversas condiciones crónicas, incluyendo la enfermedad de Parkinson. Esta disciplina se centra en facilitar el desempeño ocupacional de los pacientes, permitiéndoles mejorar su calidad de vida mediante la adquisición de habilidades que promueven la independencia y el bienestar. Según la Asociación Americana de Terapia Ocupacional, la terapia ocupacional «prepara a las personas para participar en las actividades de la vida diaria mediante el uso terapéutico de ocupaciones, incluyendo actividades de autocuidado, trabajo y ocio» (AOTA).En el contexto de la enfermedad de Parkinson, la terapia ocupacional desempeña un papel esencial, tal y como nos ha explicado Eva Pilar Chueca, Terapeuta Ocupacional en Asociación Parkinson Aragón. Los pacientes con párkinson pueden experimentar una variedad de síntomas que afectan su capacidad para realizar actividades diarias, como temblores, rigidez y bradicinesia. La terapia ocupacional aborda estos desafíos de manera integral, evaluando las necesidades individuales de cada paciente y diseñando un plan de tratamiento personalizado que puede incluir desde la mejora de la movilidad del miembro superior hasta el mantenimiento de las funciones cognitivas. “Por eso es importante acudir pronto a las asociaciones. Nosotros, en la Asociación Parkinson Aragón ofrecemos una atención multidisciplinar (fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, psicología y atención social) que cubre las necesidades de la persona con párkinson y sus familiares”, nos detalla Eva.
La especialista destaca que el tratamiento ocupacional comienza con una evaluación detallada de las capacidades y desafíos del paciente. «A través de diferentes valoraciones y escalas, analizamos actividades de la vida diaria, movilidad, estado cognitivo, y más», comenta. Este análisis permite al terapeuta ocupacional comprender no solo las dificultades del paciente, sino también sus potencialidades, hábitos y entorno. “Todo ello va a determinar cómo abordar el tratamiento para poder personalizarlo”.
Uno de los aspectos clave de la terapia ocupacional en párkinson es su capacidad para mejorar la autonomía personal. La especialista menciona que, mediante estrategias específicas y ejercicios adaptados, los pacientes pueden mejorar significativamente su independencia. «Facilitamos el desempeño ocupacional de la persona, proporcionando estrategias y ejercicios que favorecen la autonomía personal», señala.
Además, la terapia ocupacional no solo beneficia al paciente, sino también a sus familiares y cuidadores. En la Asociación Parkinson Aragón, se ofrecen grupos de apoyo y educación para los familiares, donde se abordan temas como el manejo de la enfermedad y el apoyo emocional necesario tanto para el paciente como para su entorno familiar. «Es un espacio donde son entendidos y escuchados, y además se ayudan entre ellos compartiendo consejos y experiencias», explica la terapeuta. “El familiar no es sólo importante porque ayuda a la persona con párkinson, sino que tiene que ser comprendido y atendido el mismo, como protagonista también del tratamiento ya que le repercute la enfermedad en su vida”.
Un ejemplo destacado de cómo la terapia ocupacional ha hecho una diferencia es el caso de «María» (nombre ficticio), una mujer de 55 años diagnosticada con párkinson. A través de la terapia ocupacional, María ha podido mantener su autonomía y mejorar su calidad de vida. «Con ella trabajamos en mejorar la movilidad de su mano, enseñándole estrategias para las actividades de la vida diaria y adaptando su puesto de trabajo», relata la terapeuta. Este enfoque ha permitido a María continuar con su vida laboral y personal de manera efectiva. “Con ella empezamos explicándola, quitando mitos, aclarando dudas. Después hemos trabajado la movilidad del miembro superior, especialmente de la mano, reeducando la escritura. Se le ha enseñado estrategias y ejercicios para poder llevar a cabo, las actividades de la vida diaria (como abrocharse los botones). Han adaptado el puesto de trabajo haciendo pequeños cambios, pero significativos que le permiten desempeñar su actividad laboral de forma eficaz. También hemos reorganizado sus rutinas, hábitos y aficiones para mejorar su desempeño ocupacional. Con todo esto, María ha conseguido mantener su autonomía y su independencia funcional mejorando su calidad de vida, dándose cuenta de que la vida es mucho más que párkinson”, relata Eva.
La terapia ocupacional se revela como un faro de esperanza en el manejo del párkinson, enfocando el camino hacia la autonomía y una mejor calidad de vida. A través de un enfoque personalizado, esta disciplina no solo capacita a los pacientes para enfrentar los desafíos cotidianos con mayor independencia, sino que también teje una red de apoyo invaluable para sus familias. La terapia ocupacional no solo transforma la vida de los pacientes, sino que también reafirma la dignidad y el valor de cada individuo en su lucha contra el párkinson.