Recibir un diagnóstico de párkinson puede generar incertidumbre tanto en los pacientes como en sus familiares, también al abordar aspectos como los relacionados con la alimentación, dado que tanto los síntomas motores como los no motores pueden interferir en la habilidad del paciente para nutrirse de manera apropiada.
En este artículo, exploramos cómo la alimentación actúa como una herramienta importante en el manejo del párkinson, los retos nutricionales comunes y ofrecemos consejos prácticos para superarlos.
Importancia de la alimentación en el párkinson
Una alimentación equilibrada puede ayudar a mitigar algunos síntomas, mejorar la función gastrointestinal y mantener un peso saludable.
Sabemos que ajustar la alimentación puede parecer una tarea complicada. Sin embargo, hacer pequeños cambios, como aumentar la ingesta de fibra para aliviar el estreñimiento o mantener una hidratación adecuada, puede tener un gran impacto en la calidad de vida. Recordemos que cuidar la alimentación es también una forma de cuidar el bienestar general, permitiendo afrontar la enfermedad con mayor fortaleza y optimismo.
Retos nutricionales comunes
Desde el inicio de la enfermedad, pueden aparecer problemas digestivos como el movimiento lento de los intestinos, el retraso en el proceso de digestión del estómago y, en etapas más avanzadas, una condición conocida como gastroparesia, donde el estómago tarda mucho en vaciarse. Estos problemas aumentan significativamente el riesgo de que los pacientes sufran de malnutrición a medida que avanza la enfermedad. Las deficiencias nutricionales no solo son serias, sino que también pueden complicar aún más la progresión del párkinson y empeorar la calidad de vida de los afectados.
Estos son algunos de los desafíos nutricionales a los que puede enfrentarse un paciente de párkinson en algún momento de su vida:
- Disfagia
La disfagia, o dificultad para tragar, afecta a una gran proporción de personas con párkinson. Esto puede deberse a la falta de coordinación de los músculos involucrados en el proceso de tragado. Los terapeutas especializados en el habla y la deglución pueden ofrecer técnicas y ajustes en la dieta para minimizar el riesgo de aspiración, que puede llevar a complicaciones como la neumonía.
- Pérdida de peso involuntaria
Enfrentar la pérdida de peso involuntaria implica aumentar la densidad calórica de los alimentos sin aumentar su volumen. Esto se puede lograr incluyendo suplementos nutricionales o alimentos enriquecidos en proteínas y grasas saludables, como aguacates, nueces y aceites vegetales, que ayudan a mantener el peso y nutrir el cuerpo adecuadamente.
- La boca: problemas dentales y salivares
En la enfermedad de Parkinson, la boca es el inicio del sistema gastrointestinal y puede presentar varios problemas. Aunque estudios en Japón indican que las personas con párkinson pueden tener menos caries o problemas dentales comparados con los no afectados, pueden tener problemas como el bruxismo (rechinar de dientes) y el exceso de saliva, que puede llevar a un aumento del babeo. Este último no se debe a una producción excesiva de saliva sino a una disminución en la frecuencia de tragado.
- Problemas estomacales
La gastroparesia es una complicación común que resulta en un vaciamiento estomacal lento, provocando sensación de llenura, náuseas y posiblemente afectando la manera en que el cuerpo maneja diversos nutrientes y tratamientos.
- Distribución de proteínas en la dieta
En la gestión del párkinson, la composición de la dieta, especialmente la cantidad y el momento de consumo de proteínas, puede influir significativamente en el manejo de los síntomas motores. Un estudio reciente que involucró a más de mil pacientes ha mostrado que las dietas ricas en proteínas de origen animal, como carnes, huevos y productos lácteos, pueden estar asociadas con fluctuaciones en los síntomas motores. Estas fluctuaciones incluyen períodos extendidos antes de ver mejoría en los síntomas o una reducción en la efectividad de las estrategias de manejo de la enfermedad a lo largo del día.
Este fenómeno se relaciona con la forma en que el cuerpo procesa las proteínas, lo cual puede influir en la eficacia de las intervenciones generales para el párkinson. La redistribución de las proteínas en la dieta, como consumir alimentos proteicos en momentos específicos del día o ajustar la cantidad total de proteínas, puede ayudar a minimizar estas fluctuaciones y optimizar el manejo general de los síntomas.
- Disfunción intestinal
El estreñimiento es quizás el problema gastrointestinal más reconocido en el párkinson, afectando la motilidad intestinal. Aumentar la ingesta de fibra y líquidos es la primera medida recomendada.
Otra forma menos conocida de trastorno intestinal en el párkinson es la dificultad para evacuar, que comúnmente se presenta con un esfuerzo excesivo y una sensación de evacuación incompleta. Investigaciones han encontrado que este problema es más común que una menor frecuencia en las evacuaciones. Esta dificultad para evacuar se asocia con la incapacidad de los músculos del esfínter rectal para relajarse adecuadamente durante la evacuación, posiblemente debido a espasmos o distonía en estos músculos.
Consejos para una dieta equilibrada y saludable
Para hacer frente a estos retos, es fundamental adoptar una dieta que incluya:
Alimentos recomendados
Una dieta saludable debe incluir una variedad de alimentos de todos los grupos nutricionales para asegurar una ingesta balanceada de proteínas, vitaminas, hidratos de carbono y minerales. Esto incluye:
- Frutas y verduras: Ricas en vitaminas, minerales y fibra, ayudan a mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico.
- Proteínas: Fuentes como carnes magras, pescados, huevos y legumbres son esenciales para la reparación y crecimiento de tejidos.
- Granos integrales: Opciones como el arroz integral, quinoa y avena proporcionan energía sostenida y promueven la salud gastrointestinal.
- Lácteos o alternativas: Fuentes de calcio y proteínas, como el yogur, leche y quesos, o sus equivalentes vegetales enriquecidos.
Hidratación
Beber suficiente agua es crucial para mantener el cuerpo hidratado y facilitar procesos como la digestión y la eliminación de toxinas.
Regularidad de comidas
La Asociación Parkinson Galicia-Coruña sugiere:
- Mantener horarios regulares en las comidas; es mejor comer poco y a menudo.
- Variar los menús a lo largo de la semana.
- Debe adaptar su alimentación a las características propias de la enfermedad de Parkinson, pero conservando al máximo sus hábitos, costumbres y gustos personales.
La nutrición es una parte vital del autocuidado en el párkinson. Consultar a un especialista en nutrición puede proporcionar un plan alimenticio personalizado que considere todos los aspectos de la enfermedad y sus tratamientos.
La colaboración entre médicos, nutricionistas y cuidadores es esencial para adaptar las recomendaciones nutricionales a las necesidades individuales de cada paciente, asegurando así una mejor calidad de vida.