Nutrición, horarios y dieta para personas con párkinson: lo que hay que saber

La importancia de ingerir todo tipo de nutrientes

Los cuidados en la enfermedad de Párkinson que realizan familiares y cuidadores no se limitan a la hora de caminar o realizar algún movimiento de desplazamiento. Los numerosos síntomas obligan a vigilar múltiples aspectos. Puedes consultar los primeros síntomas de esta enfermedad aquí. En este artículo hablamos de la importancia de la calidad y salud nutricional para pacientes de párkinson.

Las complicaciones no motoras en la nutrición

El problema más directo que puede conllevar no seguir una alimentación variada y saludable es el estado físico del afectado por la Enfermedad de Párkinson, pero hay algunos síntomas no motores gastrointestinales que afectan directamente a la forma que tenemos de masticar o comer:

  • El babeo. La persona mueve menos la boca, por lo que traga menos o peor.
  • La disfagia. Falta de coordinación en el acto de tragar.
  • Cambios de peso inexplicables.
  • Estreñimiento.
  • Náuseas y vómitos.

Para mejorar este tipo de síntomas no basta con una dieta para enfermos de párkinson, hay que recurrir tanto a la ayuda de fármacos (que aumenten el tiempo ON, es decir, la estabilidad del afectado) pero también a “trucos” para comer de forma más fácil. Usar espesantes para líquidos, cantidades pequeñas de alimentos, comer sentando mientras inclina la cabeza hacia delante, ir despacio, controlando cada paso… Puedes encontrar más consejos en nuestro artículo sobre “Alimentación y Disfagia”.

¿Qué hay entonces de la dieta para enfermos de párkinson?

El desgaste energético que supone una enfermedad como el párkinson hace que la mayoría de los pacientes presenten más necesidades nutricionales.

Lo primero, el horario de tomas: es recomendable seguir una dieta con tres comidas principales al día y dos secundarias.

Después, la hidratación. El exceso de sudoración que muchos pacientes de la Enfermedad de Párkinson sufren y el mayor esfuerzo exige un mayor control de líquidos.

En cuanto a nutrientes, podemos englobar cuatro de ellos que son de vital importancia para el desarrollo correcto de la enfermedad:

  • Las grasas deben ser en su mayoría saludables, por ejemplo las de origen vegetal (aguacate, frutos secos) pescados azules y carne blanca. Evita las ultraprocesadas y fritas.
  • Las verduras y frutas ayudan tanto con la hidratación como contra el estreñimiento. En especial, las semillas de chía y las ciruelas.
  • Los azúcares, mejor evitarlos, al menos los simples (bollería y zumos industriales, azúcar blanco y moreno…). Mejor recurrir a hidratos como verduras y frutas, antes mencionadas, o cereales, arroz y pasta integral.
  • Las proteínas cobran verdadera importancia pues ayudan a formar, reparar y mantener músculos, huesos y otros tejidos. Utiliza pescado, huevos, legumbres, lácteos y carnes magras. Las proteínas vegetales son ricas en fibra y bajas en grasa.

Lo más importante

Básicamente, una dieta para enfermos de párkinson no difiere mucho de una dieta saludable que todos debiéramos asumir, aunque los cambios más importantes se encuentren en la forma de ingerir los alimentos, además de coordinar las horas de comer con fármacos.

En concreto, muchos preguntáis por cómo hacer las tomas de la medicación en relación con la comida. Con el estómago vacío siempre se va a absorber más medicación y será algo más efectiva. Sin embargo, esto no será realmente relevante durante los primeros años cuando no hay fluctuaciones (episodios OFF – ON) y por contra, a veces con el estómago vacío puede dar naúseas, por lo que en estos casos no pasaría nada por tomarla con el estómago lleno.

En cambio cuando hay fluctuaciones, sí es importante tomarla con el estómago vacío porque ahí sí se va a notar claramente que a lo mejor no funciona o su efecto es peor, más aún cuando la comida es rica en proteínas. En estos casos, la recomendación es evitar comidas copiosas ricas en proteínas en momentos que después esté previsto una cierta actividad. Por contra, las alubias pueden favorecer la aparición de discinesias y hay que tener cuidado en su ingesta, no en excesiva cantidad.

Además, no hay que olvidar que la Enfermedad de Párkinson suele aparecer en personas de mayor edad, que suelen tener otros problemas relacionados con la alimentación: diabetes, anemia, hipertensión… hay que hablar con el especialista en medicina nutricional para que sea capaz de dar la mejor solución a todos estos problemas. Y tanto el cuidador como el paciente de párkinson debe recordar estos consejos.