Trastornos del sueño en el párkinson: diferencias entre hombres y mujeres.

¿Existen diferencias en los trastornos del sueño entre hombres y mujeres con la enfermedad de Parkinson? ¿Cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes? ¿Hace falta más investigación?

El año pasado, gracias al proyecto COPPADIS, se realizó el primer gran estudio en España sobre las diferencias del párkinson en hombres y mujeres. Su objetivo fue conocer la evolución de la enfermedad de Parkinson para saber qué pacientes desarrollan determinados síntomas, para así identificar patrones predictivos.

En este artículo, nos centraremos en analizar si existen diferencias en los trastornos de sueño. Para ello, contaremos con la experiencia y conocimiento de la Dra. Elena Muñoz Farjas, neuróloga del Hospital Clínico y presidenta de la Sociedad Aragonesa de Neurología (SARAN).

Los trastornos del sueño más comunes y sus diferencias entre hombre y mujeres

  • parkinson-sueño-hombres-mujeresLos trastornos del sueño se encuentran entre los síntomas no motores más comunes del párkinson y pueden ocurrir en cualquier etapa de la enfermedad. Como hemos visto en artículos anteriores, algunos de los trastornos del sueño pueden ser insomnio, somnolencia diurna excesiva (SDE), trastorno de conducta del sueño REM… Es importante que sepamos identificarlos, ya que el sueño reparador es vital para una óptima salud física, mental y emocional.
  • El trastorno de conducta del sueño REM, se asocia clásicamente con el sexo masculino. Sin embargo, la doctora Muñoz Farjas destaca que “quizás en las mujeres no se diagnostique, o porque clínicamente se presenta de forma menos agresiva e intenso o porque, simplemente no consulten al médico”. El síndrome de piernas inquietas es mucho más frecuente, en general, “en el sexo femenino, y por consiguiente también en las mujeres afectadas por EP”.Hasta el 75% de los pacientes con EP experimentan somnolencia diurna excesiva (SDE) que es más frecuente en sujetos masculinos y en el subtipo de EP sin temblor. “La SDE es multifactorial y puede ser el resultado de un sueño no reparador causado por síntomas motores, por trastornos del estado de ánimo asociados, por la coexistencia de otras alteraciones del sueño o por los efectos de algunos medicamentos”.
  • La apnea obstructiva del sueño (AOS) puede desarrollarse antes del diagnóstico de EP debido a otros factores de riesgo, como el aumento del IMC (Índice de Masa Corporal). “Posiblemente podría mejorar con la pérdida de peso, que a menudo se produce con la progresión de la enfermedad. Sin embargo, la AOS también puede desarrollarse y empeorar durante el curso de la EP debido a factores relacionados con la misma, como la inestabilidad motora de las vías respiratorias superiores y el control ventilatorio deficiente. En general se presenta más en varones”, explica la doctora.

Factores en las diferencias de género.

sueño-parkinson-hombres-mujeresCada vez hay más evidencia que muestra que la enfermedad afecta a mujeres y hombres de manera diferente. El riesgo de desarrollar EP es 1,5 veces mayor en hombres que en mujeres. Sin embargo, en los hombres tiene una aparición más temprana, por lo que se ha postulado que los estrógenos durante la etapa reproductiva de la mujer puedan desempeñar un papel “protector”. La Dra. Muñoz Farjas señala que “los estrógenos también han demostrado ser eficaces para mejorar los síntomas de la EP y la discinesia inducida por levodopa, lo que corrobora también la implicación hormonal”.

Sin embargo, “con la llegada de la menopausia son frecuentes los sofocos y los sudores nocturnos qué probablemente desempeñen un papel importante en los trastornos del sueño en las mujeres menopáusicas en general, y en las afectadas por el párkinson, en particular”. A pesar de eso, no se ha estudiado con precisión, si el hecho de que la menopausia por sí misma cause alteraciones del sueño o pueda ser un factor que propicie un sueño menos reparador en las mujeres con EP.

Así afectan los trastornos del sueño a la calidad de vida: ¿Hay diferencias entre hombres y mujeres?

El sueño reparador es vital para una óptima salud física, mental y emocional. Los trastornos del sueño se encuentran entre los síntomas no motores más comunes de la enfermedad de Parkinson, pueden ocurrir en cualquier etapa de la enfermedad y afectan significativamente la calidad de vida, generando más fatiga diurna, cefaleas, “niebla mental”, y fallos cognitivos, independientemente del sexo/género.

Aunque se han ido estudiado diferentes aspectos de la calidad de vida en función al género, la doctora nos señala que no hay a penas estudios donde se haya contemplado el sueño. Por ejemplo, “el género femenino se relaciona con peor salud socioemocional, mientras que el género masculino con peores resultados cognitivos”. La excesiva somnolencia diurna sí que se ha asociado con una progresión acelerada de la EP, así como con un deterioro de la calidad de vida y de las actividades de la vida diaria. “La calidad y cantidad de sueño puede afectar a la intensidad de los síntomas motores, y secundariamente afectan la calidad de vida de los pacientes y su capacidad para realizar actividades de la vida diaria, participar en actividades sociales y acceder a atención médica”, explica Elena.

Estrategias de tratamiento para los trastornos del sueño según el género

“En el momento actual no se disponen de terapias ajustadas por género, como en muchas otras patologías, ni la terapia no farmacológica, ni la farmacológica”, nos responde la doctora. “La administración de estrógenos, que hemos dicho que podrían tener un papel protector no está indicada en ninguna circunstancia ni como tratamiento de la enfermedad, ni para mejorar las posibles alteraciones del sueño, ya que tienen más efectos perjudiciales que beneficiosos”.

¿Falta investigación para conocer en más profundidad cómo afecta el párkinson a las mujeres?

En cuanto al diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño, no existen enfoques diferenciados por género. Sin embargo, la Dra. Muñoz Farjas subraya la importancia de considerar las diferencias individuales, incluyendo el género, para un manejo más personalizado de la enfermedad: “No sólo hombres y mujeres experimentan la enfermedad de manera diferente, sino que parecen estar implicados diferentes mecanismos en el desarrollo de la enfermedad. Sin embargo, todavía estamos lejos de comprender realmente lo que subyace a tales diferencias”.

Estudiar la importancia de las diferencias de género en los trastornos del sueño puede ayudar a mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de los trastornos del sueño.