Párkinson y sueño, la relación del descanso con la calidad de vida

Dormir es distraerse del mundo” Jorge Luis Borges, escritor, poeta y ensayista argentino

Según la edad que tenemos, hay una media de horas que necesitamos dormir. Se estima que un niño de 8 años necesita entre 9 y 12 horas, mientras que un adolescente de hasta 18 años necesita 10 horas. Un adulto debería dormir alrededor de las 7 u 8 horas. Lo que sí sabemos es que, para todos, este descanso debe ser correcto, placentero y  tranquilo. Por ello, cuando hablamos de párkinson y sueño, hablamos de los síntomas que lo alteran y de cómo podemos mejorar la calidad del sueño. 

En este artículo nos vamos a centrar en los problemas del sueño relacionados con la enfermedad de Parkinson. Haciendo clic puedes ir directamente al tema que te preocupe:

En este artículo nos vamos a centrar en los problemas del sueño relacionados con la enfermedad de Parkinson. Haciendo clic puedes ir directamente al tema que te preocupe:

Cómo afecta nuestra conducta del sueño a nuestra calidad de vida

Según el National Institutes of Health, (NIH, siglas en inglés) el sueño afecta tanto a la salud física como a la mental. Nos equilibra diferentes aspectos como la energía, la función intelectual y el estado de alerta, así como otros aspectos como el humor, los reflejos o la capacidad de realizar ciertas tareas. 

El descanso no solo afecta al cerebro. Durante el sueño, los tejidos, el sistema hormonal, el inmunitario y el resto de procesos del cuerpo se reparan y preparan para funcionar con normalidad al día siguiente. 

Por lo tanto, un mal descanso, una falta de sueño REM (la etapa más profunda del sueño) dificulta un buen funcionamiento y estado durante el día.

Las personas con párkinson no son ajenas a todo lo descrito anteriormente. Para funcionar con normalidad, necesitan descansar bien por la noche.  Pero la enfermedad puede dificultar este momento.

¿Por qué el párkinson y el sueño están relacionados?

Según algunos estudios, enfermedades neurodegenerativas con manifestaciones motoras (síntomas motores) están estrechamente relacionadas con el trastorno del sueño, pues puede que compartan mecanismos fisiopatológicos comunes. Es decir, los sistemas corporales que controlan el movimiento también podrían ayudar a controlar el sueño y regular sus fases. 

De hecho, se estima que la prevalencia de trastornos de sueño en el párkinson es de hasta un 98%, aumentando la incidencia en fases más avanzadas (con mayor deterioro cognitivo). Es por tanto un problema común que se manifiesta de diferentes formas.

Síntomas de párkinson relacionados con el sueño

Sobre esta cuestión profundizamos más en nuestro artículo “Información, pautas y consejos sobre el párkinson y el sueño”. ¡Echa un vistazo!

Algunos de los síntomas más comunes relacionados con el sueño en personas con párkinson son los siguientes:

  • Insomnio. El más frecuente en párkinson. Se clasifica en conciliación (problemas para dormir), mantenimiento (no llegar a la fase rem o no mantenerla el tiempo suficiente) o despertar precoz. Los problemas motores que más lo causan son la acinesia y las distonias off. 
  • Nicturia. Deseo frecuente de orinar durante la noche. Hace que las personas se despierten y no cubran las horas totales de sueño.
  • Apnea obstructiva del sueño. Las personas dejan de respirar en pequeños espacios de tiempo, lo que provoca despertares de forma alterada. 
  • Trastorno del sueño en fase REM. Movimientos bruscos durante el sueño profundo (presente en la mitad de los pacientes) que como efecto secundario puede traducirse en golpes hacia el compañero o compañera de cama.  Se considera un síntoma de alerta temprana, que puede avisarnos de la presencia del párkinson. 
  • Síndrome de piernas inquietas (SPI). Las personas con SPI sienten incomodidad parecido a un hormigueo que insta a mover las piernas, intentando aliviar la sensación. Hay que diferenciarlo de movimientos periódicos de piernas (movimientos bruscos e involuntarios).
  • Hipersomnia. Un síntoma relacionado con la somnolencia  diurna excesiva. Puede estar relacionado con la enfermedad y la neurodegeneración, pero también debido al insomnio y otros trastornos descritos anteriormente.

Muy relacionado con este último síntoma del sueño se encuentra la fatiga, que puede ser consecuencia de los trastornos mencionados, aunque hay que diferenciarlo de la somnolencia. La fatiga es un síntoma común desde etapas tempranas del párkinson, y profundizamos sobre el tema en este artículo. 

Dado que ya hemos comentado que un adulto necesita de media unas 7 horas para un descanso pleno nocturno, debemos facilitar todo lo posible este descanso. Y las personas con párkinson, con los trastornos asociados, deben también trabajar para ello. 

Párkinson y sueño: consejos y ejercicios

La Federación Española de Párkinson, uno de los organismos con más información sobre la enfermedad, compartió una infografía con algunos consejos que vamos a tratar en este apartado, así como otros de otras fuentes de expertos.

Infografía sobre el sueño de la FEP

Algunos de los consejos más importantes que ofrece la FEP son: mantener horarios regulares dentro de una rutina, cenar un par de horas antes de acostarse, tener un espacio dedicado y pensado para dormir… pero también se puede trabajar durante el día el posterior descanso, pues si realizamos actividades y ejercicio moderado, mejoraremos nuestras horas de sueño.

A su consejo sobre evitar líquidos antes de dormir (para problemas como la nicturia nocturna) añadimos el evitar las pantallas media hora antes de acostarse. La luz azul que producen estas pantallas alteran la melatonina, encargada de la fase REM del sueño. Y si se puede dormir a oscuras, sin luces que alteren los ciclos biológicos de sueño (nos despertamos con luz natural), mejor. 

Además es importante que, en caso de presentar dificultades para conciliar el sueño, se realicen ejercicios de relajación y respiración como estos que ofrece sobre respiración abdominal la Asociación de Párkinson de Elche. 

Recuerda que el descanso afecta a la salud mental y al humor, pero factores como la ansiedad o el estrés también pueden afectar a nuestra calidad de sueño. Es importante aquí la terapia cognitiva y la labor de profesionales de la psicología y de terapia ocupacional, que te ayudarán con actividades y ejercicios especializados sobre el tema. 

Por último, recordarte que el párkinson y el sueño tienen una estrecha relación, y que afectan en gran medida a la calidad de vida de la persona. Un descanso insuficiente produce que de día estés más cansado y fatigado… y también con un peor humor o con las capacidades cognitivas alteradas. Recomendamos, como siempre, consultar con el neurólogo ante cualquier problema de esta índole. 

Otros enlaces de interés

En el artículo te hemos hablado sobre hacer ejercicio moderado durante el día para conciliar mejor el sueño. Mira estos ejemplos sobre actividad física para la marcha en párkinson. 

https://conoceelparkinson.org/tratamiento/ejercicios-marcha-parkinson/ 

La Universidad de Florida y su departamento de salud profundizan sobre los trastornos de sueño más comunes en párkinson.

https://movementdisorders.ufhealth.org/2016/05/13/trastornos-del-sueno-en-parkinson/