Ejercicios y fisioterapia para el párkinson: Un pilar esencial en el tratamiento

Tu familia y amigos te animan constantemente a incorporar ejercicios y fisioterapia para el párkinson en tu vida diaria. Tus médicos te dicen que el ejercicio es un componente vital del tratamiento de la enfermedad de Parkinson.  Pero ¿vale la pena hacer ejercicio? ¿Qué beneficios aporta realmente el ejercicio a una persona con EP? ¿Existen pruebas que demuestren que el ejercicio realmente ayuda? Y, si ayuda, ¿existen tipos específicos de ejercicio que ayudan más que otros? La respuesta corta a casi todas las preguntas es ‘Sí’.

En diciembre, la Asociación Párkinson Valencia organizará una jornada para profundizar sobre este tema y resaltar la importancia del ejercicio físico en el manejo de la enfermedad de Parkinson, por lo que hemos querido preguntar a miembros de la Asociación para que nos dieran respuesta a estas preguntas.

La ciencia detrás del ejercicio

Además de los síntomas motores, el párkinson también conlleva importantes desafíos psicológicos y emocionales que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores. Las preocupaciones relacionadas con la progresión de la enfermedad, el cambio en la rutina diaria y la adaptación a nuevas limitaciones suelen provocar un fuerte impacto emocional.

Los cuidadores, por su parte, también enfrentan el reto de acompañar a una persona en este proceso, lo que puede generar agotamiento físico y mental.

Ejercicio físico para síntomas motores y no motores.

mujer-fisioterapia-parkinsonEl ejercicio físico desempeña un rol transformador en el manejo de la enfermedad de Parkinson, beneficiando tanto a los síntomas motores como a los no motores. Al incrementar la liberación de dopamina y mejorar la sinaptogénesis, el ejercicio también aumenta el flujo sanguíneo cerebral y los niveles neurotróficos en el cerebro, lo cual es crucial para contrarrestar la pérdida de dopamina.

Varios tipos de ejercicios son particularmente efectivos:

  • Trabajo aeróbico: Actividades de intensidad moderada a vigorosa pueden reducir el riesgo de desarrollar párkinson y, si ya está presente, pueden disminuir la progresión de los síntomas motores.
  • Trabajo de resistencia: Este tipo de ejercicio aumenta la fuerza muscular y mejora la movilidad, ayudando a minimizar síntomas como la hipocinesia y la bradicinesia.
  • Trabajo de equilibrio: Mejora la realización de tareas posturales y reduce el riesgo de caídas, además de aliviar el dolor y síntomas no motores como la depresión y la apatía.
  • Trabajo de marcha: Entrenamientos en cinta rodante o caminatas mejoran significativamente la velocidad y la capacidad de caminar, así como la longitud de los pasos.

Estos ejercicios no solo mejoran la capacidad física, sino que también enriquecen la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles mantener mayor independencia y bienestar.

Influencia del ejercicio físico en la calidad de vida personas con párkinson.

El ejercicio regular juega un papel crucial en la gestión de la enfermedad de Parkinson, influenciando positivamente tanto la progresión de la enfermedad como la calidad de vida de los pacientes. Mantener una rutina de actividad física supervisada ayuda a los pacientes a conservar su movilidad, actividad y autonomía máxima, esencial para el manejo cotidiano de la enfermedad. Los ejercicios específicamente diseñados para fortalecer, coordinar y flexibilizar no solo optimizan la condición física general, sino que también mejoran el equilibrio y la postura. Estos beneficios combinados permiten a las personas con párkinson enfrentar las actividades diarias con menos fatiga y mayor seguridad, lo que a su vez ralentiza la evolución de los síntomas y mejora significativamente su calidad de vida.

Así abordan el ejercicio desde la Asociación Párkinson Valencia.

logo asociación párkinson valenciaLa Asociación Párkinson Valencia tiene un enfoque integral y personalizado para incorporar el ejercicio en el tratamiento del párkinson, adaptándose a las necesidades de cada persona con párkinson en diferentes etapas de la enfermedad. El proceso comienza con una evaluación detallada de la condición física y funcional del paciente, utilizando escalas validadas para medir síntomas motores como el temblor y la acinesia. Basándose en esta valoración, el equipo de fisioterapia establece objetivos terapéuticos específicos y desarrolla un programa de ejercicios adaptado, que puede ser individual o grupal.

En las primeras etapas de la enfermedad, cuando los síntomas motores aún no son severos, se enfatiza comenzar con ejercicios tempranamente para prolongar la funcionalidad del paciente con párkinson. Sin embargo, se reconoce que algunos pacientes pueden ser reacios a participar en grupos, por lo que se desarrollan planes de entrenamiento personalizados que pueden seguir en casa de manera controlada. Además, en la asociación se ofrecen terapias complementarias, como el pilates terapéutico. Estos ejercicios buscan prevenir la progresión de los síntomas a través de actividades dinámicas que requieren menos carga terapéutica específica para el párkinson

A medida que la enfermedad avanza, las intervenciones se vuelven más específicas para abordar los síntomas predominantes del paciente. Esto puede incluir terapia grupal e individual para fortalecer áreas más afectadas, como el manejo del dolor y la rigidez, así como ejercicios para mejorar el equilibrio y la marcha, que son cruciales para reducir el riesgo de caídas.

En las etapas más avanzadas, donde la actividad física diaria puede ser mínima, el enfoque se centra en mejorar la movilidad articular, la fuerza y el control postural. Los programas están diseñados para ayudar a personas con la enfermedad de Parkinson a superar problemas específicos relacionados con la progresión avanzada de la enfermedad, como los bloqueos y la festinación, que incrementan el riesgo de caídas. En esta fase, el trabajo es usualmente más personalizado, atendiendo a las necesidades únicas del individuo para maximizar su calidad de vida y autonomía.

Superando barreras

Uno de los desafíos más significativos para implementar una rutina de ejercicio es superar las barreras psicológicas y físicas que enfrentan los pacientes. El dolor, la fatiga y el miedo a caer son obstáculos comunes. La Asociación Párkinson Valencia aborda estos retos de manera proactiva, adaptando los ejercicios a las necesidades individuales y fomentando un entorno de apoyo que motiva a las personas con párkinson a participar activamente en su tratamiento y mejorar su condición física.

Se evita forzar los tiempos de trabajo y los ejercicios más allá de las capacidades del paciente, lo que ayuda a minimizar el riesgo de lesiones o de exacerbación del dolor y la fatiga.

Para superar el miedo a caer, una barrera común, se incluyen ejercicios específicos que mejoran el equilibrio y la estabilidad postural. Al mejorar estas capacidades, los pacientes ganan confianza en sus movimientos diarios, lo que reduce el miedo y les permite participar más activamente. Además, se proporcionan pautas y se fomenta el apoyo continuo durante las sesiones, lo que puede ayudar a los pacientes a sentirse más seguros y motivados para continuar con sus regímenes de ejercicio.

Para quienes desean incorporar ejercicios a su rutina, compartimos recursos adicionales. Te ofrecemos un video de la Parkinson’s Foundation, que presenta ejercicios prácticos orientados a mejorar la movilidad.

Además, en el blog del Dr. Diego Santos, se detallan ejercicios específicos y recomendaciones adaptadas a distintas etapas de la enfermedad, enfocadas en mantener la actividad física de forma segura. Por su parte, la Asociación Parkinson Madrid cuenta con un programa semanal de fisioterapia, con ejercicios descargables desde su web, diseñados para facilitar su práctica en casa y promover una rutina constante.

Estos enfoques no solo buscan mejorar la condición física de las personas con párkinson, sino también su calidad de vida general, alentándolos a superar los miedos que limitan su día a día y proporcionándoles herramientas para gestionar mejor los síntomas de su enfermedad.