Entre el 75% y el 90% de pacientes con párkinson sufren trastornos del habla y la voz en algún momento de la enfermedad. Síntomas como monotonía, ronquera, voz débil y articulación imprecisa suelen pasar desapercibidos al principio, incluso para el propio paciente, pero pueden tener un impacto significativo en su vida diaria. Estas dificultades, relacionadas con la rigidez y lentitud características de la enfermedad, afectan la comunicación en el entorno familiar, social y laboral, generando aislamiento y frustración.
Te contamos más sobre los indicadores clave, trastornos y soluciones en este artículo.
¿Qué trastornos del habla y voz pueden aparecer?
En el párkinson, los pacientes pueden experimentar varios trastornos del habla y voz, incluyendo:
- Pérdida progresiva del volumen de voz.
- Monotonía de la voz.
- Afectación del ritmo de habla con tendencia a un aumento de la velocidad.
- Cambios de la calidad de la voz: débil, apagada, ronca, soplada, temblorosa y/o intermitente.
- Dificultad en la articulación.
- Vacilación antes de hablar con titubeos iniciales.
¿Cómo puedo saber si tengo un problema del habla o de la voz? Indicadores clave.
Reconocer los trastornos del habla y voz en el párkinson puede ser complicado, pero algunos indicadores clave, según la Parkinson´s Foundation, incluyen:
- Mi voz dificulta que la gente me oiga.
- La gente tiene dificultades para entenderme en un lugar ruidoso.
- Mis problemas de voz limitan mi vida personal y social.
- Me siento excluido de las conversaciones debido a mi voz.
- No puedo participar en llamadas telefónicas debido a mi voz.
- Mi problema de voz me hace perder ingresos.
- Tengo que esforzarme para proyectar mi voz.
- La claridad de mi voz es impredecible.
- Mi problema de voz me molesta.
- Mi voz me hace sentir discapacitado.
- La gente pregunta: “¿Qué pasa con tu voz?”
Estrategias para abordarlo
Existen numerosas alternativas para mejorar su habilidad para hablar. Lo más importante es acudir a tu médico para que te derive a un patólogo del habla y el lenguaje.
Un patólogo del habla y el lenguaje (PHL) puede asistirte en seleccionar las estrategias más adecuadas para su situación. Los PHL son expertos en salud entrenados para evaluar y tratar trastornos relacionados con el habla, la deglución, la voz y el lenguaje.
La rehabilitación a través de la logopedia ha demostrado también ser muy eficaz, ya que se enfoca en varios objetivos clave para mejorar la comunicación de las personas en diferentes ámbitos de la vida.
- La relajación.
- La postura.
- La respiración.
- La fonación.
- La articulación.
- La prosodia.
Estos objetivos son esenciales para garantizar que cada individuo pueda expresarse de manera clara y efectiva.
Gracias a esta guía realizada por la Asociación Párkinson Galicia – Coruña, puedes descubrir algunos de los ejercicios que puedes realizar en casa para mejorar los objetivos anteriores.
¿Qué profesionales pueden ayudarme?
La gestión de los trastornos del habla en el párkinson requiere un enfoque multidisciplinario, incluyendo:
- Especialista neurólogo: Encargado de ajustar los tratamientos y manejar la progresión general de la enfermedad.
- Logopeda: Un terapeuta del habla especializado en tratar trastornos de la comunicación. El rol de la logopedia es mantener o enlentecer la evolución de los síntomas. Es decir, sus funciones principales son prevenir las complicaciones futuras, evaluar el estado del paciente y tratarle para mantener su calidad de vida y su autonomía el mayor tiempo posible.
- Enfermería: Profesionales que pueden ofrecer soporte y cuidados continuos. El papel del enfermero pasa por seguir los consejos del experto en habla, es decir, el logopeda. La consulta debe concluir siempre recordando al paciente realizar sus ejercicios, vocalizar bien, vigilar la velocidad de las palabras y, sobre todo, tener paciencia, pues es un proceso lento.
Es importante recordar que los trastornos del habla y voz asociados con el párkinson no solo afectan la capacidad de comunicarse, sino también la calidad de vida. Sin embargo, con el apoyo adecuado y el compromiso con las terapias recomendadas, es posible mantener y mejorar la comunicación y seguir participando activamente en la vida social y familiar. Abordar estos problemas de manera proactiva y con el apoyo de profesionales capacitados puede hacer una diferencia significativa en el manejo de la enfermedad. No dudes en visitar a tu especialista o médico de cabecera para obtener un plan de tratamiento personalizado que se adapte a tus necesidades específicas.