El neurólogo es una pieza clave, pero no la única
Ya sabemos que el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson lo tiene que realizar el neurólogo. Este médico, especializado, está capacitado para seguir las escalas clínicas necesarias. Pero ¿qué pasa con los síntomas que aparecen a lo largo de la enfermedad?
Los síntomas empiezan siendo leves y se van agravando con el avance de la enfermedad. Para no comprometer a la calidad de vida, se suele hacer uso de terapias no farmacológicas, en las cuales se tiene que implicar al resto de personal de hospitales, asociaciones y demás entes. Vamos a ver quiénes son esta ayuda, y a demostrar que en el párkinson, el tratamiento es cosa de todos.
Los primeros profesionales que vienen a tu mente
Seguro que estás pensando en dos de los síntomas más característicos de esta enfermedad: el trastorno de la marcha y el trastorno del habla. Dos son los profesionales que van a ayudarnos con todo lo relativo al movimiento y a la comunicación.
El logopeda es el encargado de enseñar técnicas al paciente que facilitan su forma de hablar. Respiración, articulación y relajación son las principales temáticas de ejercicios que realizará. Además, cumple otra función igual de importante, evitar los problemas de deglución, que también se relacionan con los trastornos del habla.
Para ello es interesante conocer cuál es la importancia del ejercicio físico en los pacientes de párkinson, puedes consultar aquí.
El fisioterapeuta, una profesión sanitaria especializada, va a jugar un papel fundamental según avance la enfermedad. Su ayuda es continua, ya que se trata de evitar la pérdida de automatismos y mantener equilibrio, ritmo, amplitud de movimientos, la marcha y la postura. Es decir, todos los síntomas motores requieren de la ayuda de este especialista.
Otros médicos que intervienen
Las alteraciones urinarias y sexuales pueden aparecer con esta enfermedad neurodegenerativa, se calcula que en torno a un 15% de los afectados las padecen. Vejiga hiperactiva, incontinencia urinaria o nicturia son de los más frecuentes. A más edad, puede aparecer la hiperplasia benigna de próstata. Es el urólogo el encargado de vigilar y proponer la terapia correspondiente.
El profesional encargado de la alimentación, como el nutricionista o el endocrino, prestará atención a todos los aspectos referentes a la ingesta de alimentos. Cristina Tejera, en la web de Curemos el Párkinson, revela algunos consejos nutricionales para los pacientes, como la ingesta de azucares o las proteínas, tan necesarias para el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Apoyo emocional, psicológico y más
La psicología en Parkinson tiene un papel fundamental: que los pacientes acepten y convivan con la enfermedad, mejorando su estado anímico y tratando un posible trastorno psicológico que pueda surgir. Fomenta también sus relaciones familiares y sociales, y puede ayudar a que los cuidadores no se sobrecarguen y se quemen.
Y no nos podemos olvidar de los trabajadores que son el primer punto de contacto con paciente y cuidador, un punto de unión entre estos y los médicos y los que más harán que la enfermedad se entienda. Hablamos de los enfermeros, cuyo esfuerzo se manifiesta en cualquiera de los síntomas y cuidados que necesitan los afectados por esta enfermedad.
Profesionales de la rutina
Hablamos ahora de dos profesiones que atienden al paciente es aspectos más relacionados con el día a día. La primera respecto al «poder hacer» del paciente, la segunda más acompañando en temas burocráticos.
Por un lado, la terapia ocupacional se encarga de que el paciente sea lo más independiente posible en su rutina, mejorando la amplitud de movimiento, la coordinación motriz y otras habilidades que ya posea. El tratamiento, como en el resto de la enfermedad, es individualizado, pero en este caso nos fijaremos también en las destrezas que posee, tanto de su rutina como de su tiempo de ocio. Esta actividad física irá modificando en función del avance de la enfermedad.
Por otro lado, el trabajador social es parte del engranaje. De forma personalizada, se ofrece información, asesoramiento y búsqueda de alternativas para ámbitos sociales, jurídicos, laborales… Al final, gran parte de la atención social se destina a que los trámites más burocráticos sean más sencillos.