La relación entre el trastorno del Sueño REM y la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson conlleva una variedad de síntomas no motores, entre los cuales los trastornos del sueño ocupan un lugar destacado. En este artículo hablaremos sobre el trastorno del sueño REM, una fase crucial para nuestro descanso, que se ve significativamente afectado.

¿Qué es el trastorno del sueño REM?

mujer-tercera-edad-durmiendoPara entender este trastorno, primero debemos comprender qué significa “REM”: son las siglas en inglés para «Movimiento Rápido de los Ojos», es una fase del sueño en la que soñamos más vívidamente. Durante el REM, el cuerpo normalmente entra en un estado de parálisis temporal, un mecanismo de protección para evitar que actuemos nuestros sueños. Sin embargo, en el trastorno del sueño REM, este mecanismo falla, permitiendo que las personas «actúen» sus sueños, lo que puede resultar en movimientos físicos, hablar, e incluso gritar mientras duermen.

La relación entre la enfermedad de Parkinson y el trastorno del sueño REM

Los trastornos del sueño son comunes en la enfermedad de Parkinson y se vuelven más frecuentes a medida que la enfermedad avanza. Investigaciones recientes han mostrado que estos problemas de sueño pueden aparecer muy temprano, incluso antes de que aparezcan los síntomas motores de la enfermedad. Además, no solo el trastorno de conducta de sueño REM es muy frecuente en pacientes con Parkinson, sino que pacientes con este trastorno del sueño tienen un riesgo elevado de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa en el futuro. Esto abre la puerta a la posibilidad de encontrar maneras de prevenir o tratar la enfermedad antes de que empiece a mostrar sus síntomas más conocidos.

¿Cómo puedo saber si sufro de trastorno del sueño REM?

Los criterios diagnósticos establecidos por la American Academy of Sleep Medicine son los siguientes:

  1. Si estamos en esa etapa profunda del sueño donde solemos soñar, que se llama sueño REM, nuestro cuerpo debería estar súper relajado. Pero, hay veces que no es así y, en cambio, nuestros músculos siguen activos. Esto hace que, mientras dormimos, podamos mover nuestra cara o incluso nuestras manos y pies más de lo normal.
  2. Además, se necesita que al menos una de estas dos cosas suceda:
    • Al dormir, tenemos movimientos intensos, como patadas o manotazos, lo que puede causar que nuestro sueño sea menos reparador.
    • Si nos sometemos a un estudio del sueño, llamado polisomnografía, se descubren comportamientos extraños durante el sueño REM.
    • Durante estos episodios, no se debe detectar actividad cerebral que normalmente indicaría una convulsión, coincidiendo con los movimientos.
  3. Además, estos problemas de sueño no se pueden justificar con otras condiciones médicas, como otros trastornos del sueño, problemas de salud mental o física, ni por el consumo de medicamentos o sustancias.

La reflexión y la acción temprana son claves; el conocimiento es el primer paso hacia la búsqueda de soluciones.

Aun así, el paciente puede intentar mejorar sus medidas de higiene del sueño, como, por ejemplo:

  • Cumplir con los horarios regulares para acostarse.
  • Seguir una rutina constante a la hora de acostarse, con actividades relajantes como escuchar música o leer un libro relajante.
  • Hacer ejercicio regularmente, preferiblemente temprano en el día.
  • Obtener una exposición adecuada a la luz, ya sea al aire libre o mediante terapia de luz.
  • Evitar las siestas largas y las siestas al final del día.
  • Crear un ambiente fresco, oscuro y cómodo para dormir.
  • Apagar las pantallas una hora antes de acostarse.
  • Reducir la ingesta de líquidos antes de acostarse.
  • Evitar la cafeína, el alcohol y el tabaco.
  • Comer una dieta saludable y evitar las comidas copiosas por la noche.

Fuentes